31 July 2010

Porqué ODIO el Costco

Me caga los huevos. Imagínense que uno entra felíz a le costco con toda la intención de comprar un paraguas, y ponen una mierda chaquetera de paraguas en casi $300 bolas.

Luego, imaginen que uno va con toda la intención de comprar ese pinche asalto andante, y le dicen que hay un problema con su membresía. La persona en la sección de membresías está en entrenamiento y es una reverenda imbécil, fea como pegarle a un Cristo, con una berruga reventada en la punta de la nariz, que no podría encontrar una paja en un establo, ni aunque hubiera un asesino serial con un hacha diciéndole que la matará si no lo hace. (Voto por ella para Darwin Award). Como es idiota y no puede ni leer las opciones de su terminal, tiene que pedirle ayuda a las DOS (no solo a una) personas que hay atendiendo en el mostrador de socios, con lo cual, todo el mundo estaba encabronado con su servilleta de que ya no había quien los atendiera.

Después de veinte minutos, resultó que la cuenta de la que mi membresía es extensión está cancelada. Me saló en $400 pesos el chiste.

Con el encabrone, ps uno tiene que ir a tragar. Pedí una pizza de queso (que sigue como siempre las de Costco, no mala), un nuevo "Sirloin baked" y un gelato. El sirloin baked no era de sirloin. Si bien les iba, era un muy mal cuete, al que ademàs, pa' que supiera màs sirloinesco le metieron grasa de res. La mencionada grasa no estaba derretida a lo largo del baked, sino coagulada y fría en pedazos blancuzcos. Era algo así como comerse un barro con machaca y verduritas cocidas.

Por supuesto, el gelato de pistache no era de pistache; era de cacahuate; el de berries sólo traía fresas, y el stracciatella... mejor ni toquemos el punto.

Después de dejarme sin dinero y hacerme comer mal, no entiendo qué más pueden hacer para hacerme encabronar más.

19 July 2010

Crónica del fallo anunciado de una reforma

Cuando en 1970 se reforma la parte adjetiva de la Ley Federal del Trabajo, se reafirman varios conceptos que se habían intentado, desde entonces deficientemente, desde los orígenes de dicha ley en 1933. Especialmente, se insiste en el principio de concentración, de conformidad con el cual, el juzgador (en este caso, el Presidente de la Junta y los representantes del capital y del trabajo) deben estar presentes durante las audiencias, para entre otras cosas, poder allegarse de los elementos de convicción que queden fuera del expediente; impresiones subjetivas que tienen que ver con la forma de expresarse de los absolventes y testigos y que, sin embargo, pueden ser determinantes en cualquier juicio.

Quienes nos interesamos por el desarrollo de la nueva reforma penal a la luz de las mofidicaciones que sufrió nuestra Constitución el 18 de junio del 2008, debemos observar con atención lo sucedido con la Ley Federal del Trabajo de '33 y su reforma del '70, como los primeros procedimientos predominantemente orales en México dentro del fuero civil.

El resultado de dicho análisis nos sumirá en una profunda tristeza y suscitará una serie de importantes reflexiones, que -esperemos- podrán conducir al país a una implementación más adecuada de este modelo.

En las Juntas de Conciliación y Arbitraje, las audiencias las presencia no el Presidente de la Junta, sino en el mejor de los casos su auxiliar, y una mecanógrafa. Ni los avances científicos, ni los millonarios presupuestos que los Poderes Ejecutivos Federal y Locales (de quienes dependen las Juntas Federales y Locales, respectivamente) han servido para implementar tecnologías que permitan tener registros igualmente confiables de las audiencias y desincentiven las dádivas a las mecanógrafas, que muchas veces pueden ser interpretadas como actos de corrupción. Los miembros de las Juntas votan los proyectos de laudo, elaborados por secretarios proyectistas y no por el Presidente, en completa opacidad, pues la ley no los ordena hacerlo en audiencia pública.

La falta de oralidad, publicidad y transparencia ha permitido que los litigantes, sin recurrir necesariamente a la corrupción, transformen el procedimiento laboral en su etapa de arbitraje en algo que no es; que no responde a los principios que la Ley establece como los rectores del procedimiento. Los vicios de órganos jurisdiccionales, y por tanto de litigantes formados en ellos, que se prepararon únicamente para juicios escritos se han transladado íntegramente a las actuaciones de las Juntas y a las audiencias de Conciliación, Demanda, Excepciones, Ofrecimiento y Admisión de Pruebas.

La ineficiente combinación de oralidad con escritura, que para efectos prácticos implica dictar la totalidad de las actuaciones a una mecanógrafa desafortunadamente mal pagada y peor preparada, resulta en la eternización de las audiencias -y en consecuencia, el rezago permanente en la resolución de los procedimientos- sin traer consigo la supuesta mayor certeza propia de los procedimientos escritos. Esta eternización de los juicios, no es conveniente ni para el trabajador, que no está percibiendo ingresos durante el tiempo que duran los mismos, ni para la empresa, que si resulta condenada al pago de salarios caídos no estará pagando únicamente lo que en justicia le corresponde, sino estará indemnizando al trabajador, también, por la ineficiencia de la Junta, que no es culpa del patrón. Transladando esto último a la materia penal, significará que la prisión preventiva, y en su caso los intereses legales del monto que resulte de la reparación del daño, se incrementen por el tiempo que duró el juicio.

Como si ello no fuera suficiente, la escasa eficacia de los recursos previstos en la Ley Federal del Trabajo (al grado que muchos litigantes llegan al extremo de afirmar que no existen recursos, pues nunca se utilizan) implica que no tenemos una manera de entender el efecto que tendrá la reforma penal sobre la sustanciación de los recursos. Litigantes en materia penal afirman haber sido requeridos por jueces de segunda instancia, la obtención de transcripciones de procesos que fueron grabados o registrados utilizando otras tecnologías. No se ve próximo el uso de programas de cómputo que transladen la voz a texto en los juzgados mexicanos antes del 2015, fecha en la que debe concluir el periodo de transición y asimilación de la reforma penal.

Debemos atender cuidadosamente el proceso de asimilación de la reforma, particularmente en los Estados, para asegurarse de que, ni en el texto de la ley, ni en la práctica diaria de los juzgados, se perpetúen las prácticas que ha sido voluntad soberana del pueblo, por conducto del constituyente permanente, erradicar por medio de la oralidad y la publicidad, principios que fueron fundamentales en la legislación laboral, y son rectores de esta nueva reforma penal.

20 May 2010

Rant - Pathetic

Going through a Big Bad Case of the Blues.

Just went through both Ridi Pagliaccio and Pathetica in one night. Probably gonna top it with Tool's Schism and In Flames' Graveland. Yep, not quite feelin' hopeful today. Just don't see the point in it.

I am of a rare, dying breed of pessimist: The one that is certain some fashion of order should have existed in the universe... And at the moment, equally certain Man has either forgot all about it or forsaken it for more immediate goals. Everything is wrong.

Hope somebody reads this sometime. Probably won't happen.

Meh... Not sure what else to say.

Reader, if there's any left, this tyrannical world will have its whimsical way on us, laugh at our own cynical laughter when it is done shattering our hopes and dreams and turning us into something that doesn't dare look at itself in the mirror. So, if you're reading this, take care of yourself. The road is slippery out there, and the floor is covered in razors.

Take care...

30 April 2010

La Fe de Oro'ir

Oro'ir se marchaba contento. El Sombrío Emperador de los Odios, custodio de las Sagradas Leyes de los Pueblos, mantenía el delicado balance entre los Cinco Pueblos mediante la temida amenaza de los Odios, seres sombríos que parecían poco más que una mancha de tinta sólida y animada, pero que podían consumir a cualquier ser viviente con sólo tocarlo. Aunque ninguno de los Cinco Pueblos lo admitiría, era el temor a los Odios el que había mantenido la paz, más que cualquier otra cosa.

Oro'ir jugaba de buen grado a los juegos de supuesta civilidad de las Cortes de los Cinco Pueblos; intervenía cuando pactaban nuevas paces, alentaba y permitía el desarrollo, que traía consigo crecimiento y expansión... A sabiendas de que el desarrollo del reino vecino no pasaría inadvertido para los pueblos fronterizos, y que a la larga, las envidias harían estallar la inevitable confrontación.

Es entonces cuando los Cinco Pueblos recibían un recordatorio forzoso de la verdadera naturaleza del Sombrío...

Era precisamente esta capacidad de dominar sus voraces apetitos, la que le había concedido el mando de los Odios: Mientras que sus predecesores y compañeros daban rienda suelta a los mismos en pequeñas escaramuzas contra otros Odios, Oro'ir sabía mantener una imagen de civilidad y aparentar que nada ocurría. Con lo que sus enemigos, Odios o extraños, conocedores del apetito insaciable de los Odios, se sentían en confianza.

Es claro que él había provocado la guerra entre Juk'lar e Ílosan. Y fue tan sencillo... Lo recordaba con perfecta claridad. Hombres Oso de Juk'lar persiguiendo a su presa, una mujer conejo, y poco a poco acercándose a la Marca de Ílosan... Para cuando atravesaron la Marca, la nieve cayó inmisericordemente sobre ellos, y pensaron que la habían perdido. Cuando buscaban el camino a casa, creyeron verla venir.

Entonces, por órdenes de Oro'ir, Alan'ar, el Odio que había consumido a la mujer conejo, asumió la forma de su presa.

Este peculiar talento de los Odios era desconocido para las demás razas, que en sus leyendas sobre los temibles Bárbaros de las Sombras, únicamente los conocían por su ferocidad en el combate y su forma de consumir a sus enemigos. Nadie sabía que, cuando un Odio maduraba hasta ser capaz de contener su voracidad por momentos, poseía todos los recuerdos y aptitudes de su alimento, incluyendo la de tomar su forma por lapsos cortos.

Alan'ar en su disfraz consumió a los Hombres-Oso sin mayor trabajo, para descubrir que eran generales de Juk'lar, y consejeros del Rey de los Hombres-León. Con los conocimientos de Alan'ar, Oro'ir comenzó a tramar su venganza por la única derrota en la historia de los Odios, contra el tatarabuelo de Grröthar, 500 años atrás.

Así, los Odios supieron precísamente qué rastros dejar que serían invisibles para un Hijo de Ílosan, pero evidentes para un Hombre de la Jungla: Unos cuantos cabellos de Hombre Oso tirados en la nieve, y una sencilla cinta de cuero adornada con un colmillo.

El Rey de los Hombres-León, irascible como era, había caído en su trampa. Poco importaba ya que Grröthar fuera consciente de ello; el daño ya estaba hecho. Ninguna propuesta de paz podía satisfacer a los Hijos de Ílosan ante la ruptura del báculo. Además, Ssill había sido humillado. La Tundra entera, cuya frialdad los hacía incapaces de comprender los impulsos del Félido, tomaría la reacción impulsiva de Grröthar como afrenta personal.

Y por supuesto, una guerra entre Ílosan y Juk'lar no podía ser ignorada por los Odios. Cumpliría su promesa al rey de la Jungla: Pasara lo que pasara, los Odios se alimentarían bien ese año...

23 April 2010

Discusiones religiosas III (Ora sí, ya, les prometo que es la última... NOT!!!)

Esta vez la discusión la estoy teniendo conmigo mismo.

Ya no sé de qué sabor religioso soy. Otra vez me desconvenció el Catolicismo de mis padres, cuyos principios reconocería y respetaría si fueran realizables y asequibles.

(Es decir, uno se topa con una Iglesia que lleva 2,000 años sosteniendo la misma postura frente al sexo, que es una postura respetable... pero luego, se topa uno con joyitas como las declaraciones del Card. Arizmendi. Sí, la sociedad está sobreerotizada, pero se supone que ellos optan por apartarse de la sociedad y vivir en comunidades separadas o en casas parroquiales para alejarse de las partes negativas de la misma. Que no nos vengan a echar la culpa de Maciel.)

La Iglesia en México nos hirió a quienes entonces éramos sus fieles con esos comentarios. Me parece, en ese sentido, mucho más auténtica, valiente y loable la postura del Papa.

Pero luego, se topa uno con otros detalles, como que nos enseñan a todos que "todo pecado en materia de sexto mandamiento es grave" (y sacan por allí una cita sanpablezca), cuando el Catecismo de la Iglesia Católica dice que puede ser grave o leve según varios factores (y de entrada, excluye la masturbación del adolescente de los graves). A la mayoría de la gente que yo conozco nos han engañado. No se han tomado la molestia de utilizar los recursos que la propia Iglesia les provee para instruirnos en la fe; nos imponen a nosotros la responsabilidad de irnos enterando, pero luego, ellos que retienen el monopolio del perdón de los pecados, no se preocupan en estar actualizados sobre la "legislación" que su propia Iglesia les da sobre sus ofensas (cuando además ésta está disponible gratuitamente por Internet en al menos ocho idiomas, incluyendo el español.)

Así que los laicos tenemos la culpa de que haya curas que violen niños; no tiene nada que ver el hecho de que ellos, contra lo que dicen sus propias autoridades, le enseñen a toda la población a reprimirse.

No me gusta la idea, y eso, hace que afloren otras inquietudes que quedaban latentes de mis primeras renuncias a la fe de mis padres (y que yo, en mis sucesivos regresos, había optado por callar por humildad y aceptar las respuestas que la Iglesia me ofrecía por fe [lo cual es menos descabellado de lo que suena]):

El culto obligado, la adhesión impuesta, y la visión de la vida como una eterna batalla entre Cielo e Infierno, en la cual somos un insignificante puntito... No quiero creer que no importo, que no importamos, en el gran esquema de las cosas. Hacer lo del diario ya es grande, pero además algunos podemos hacer aún un poquillo más. No creo que eso sea irrelevante a los ojos de Lo Que Sea Que Esté Allá Arriba.

No me quiero terminar de decidir por las opciones que había tomado anteriormente; supongo que seré un "agnóstico en el clóset" hasta en tanto no decida qué rumbo definitivo deben tomar mis creencias.

Por el momento, evitaré orar, acudiré al culto para permitir que influya en mí pero con ojo crítico, y estaré observando. Cuando encuentre una corriente con la que pueda comulgar, veré la manera de adoptarla formalmente sin causar escándalo.

17 February 2010

Etori Firamosca di Capua

Chiste en Ita-ñol

Etori Firamosca di Capua, Cavalleri Andanti.

Etori Firamosca di Capua si pone piecca per piecca della sua armatura, si monta so la sua cavalgatura, e cavalga e cavalga e cavalga sulla placida planicie. Ma de subito, senti un forte dolore in soto ventre.

Etori Firamosca di Capua dismonta so la sua cavalgatura, rimove piecca per piecca della sua armatura, per fare... una piccola borolina!!!

Etori Firamosca di Capua si pone piecca per piecca della sua armatura, si monta so la sua cavalgatura, e cavalga e cavalga e cavalga sulla placida montagna. Ma de subito, senti altro forte dolore in soto ventre.

Etori Firamosca di Capua dismonta so la sua cavalgatura, rimove piecca per piecca della sua armatura, per fare... una altra piccola borolina!!!

Etori Firamosca di Capua si pone piecca per piecca della sua armatura, si monta so la sua cavalgatura, e cavalga e cavalga e cavalga sulla placida estepa. Ma de subito, senti un terzio forte dolore in soto ventre.

Etori Firamosca di Capua, medita: "Perché vo dismontar so la mia cavalgatura, rimover piecca per piecca della mia armatura, per fare... una terza piccola borolina? Al diavolo!!!"

ETORI FIRAMOSCA DI CAPUA... INVENTORE DELLA CONSERVA IN LATA!!!!

28 January 2010

La lechuza

Quien realmente me conoce, entiende el significado de dicho animal (y no, nada tiene que ver con cómics de Alan Moore.)

Orolob caminó por el sendero nevado, el frío haciendo estragos en sus desgastados pies; literalmente pies de barro, de barro y sangre, por caminar por horas en la tundra gélida. De vez en cuando, el tronco escuálido de una conífera calva le restaba monotonía a la blancura del paisaje; blancura que, lejos de ser pureza, significaba la nada y el frío.

Cuando había sol, tenía el consuelo de amaneceres y atardeceres, que alegraban con su colorido la lobreguez del día; pero hacía horas que había caído la noche. Los cambios que habían sobrevenido al ambiente, lejos de ser aliento o alegría, sólo aumentaban la inclemencia de los elementos, pues la noche no cambiaba la sobriedad de su pálido manto; sólo aumentaban los vientos que lo sacudían, y lo golpeteaba con mayor fuerza la nieve que lo rasgaba.

Orolob no pudo más: Caminó hacia uno de tales troncos, adustos pero firmes, y se sentó a la sombra del mismo. Tomando aire, sentado como estaba sobre el gélido páramo para descansar sus pies, le pareció oír una variación en el sonido de los vientos. Una especie de zumbido rítmico, casi un golpeteo, como si...

Volteó inmediatamente a su izquierda, poniéndose en pie de un salto, mano en la empuñadura del cuchillo, listo para defenderse de lo que se acercaba por el aire. De inmediato se tranquilizó cuando atisbó al pájaro gris que volaba con gran rapidez. Se impresionó del silencio de su vuelo; si no llevara días caminando por aquél yermo, familiarizándose con el murmullo de sus vientos y el crujir de las cortezas de sus árboles, jamás hubiera reconocido al carroñero que se acercaba.

La lechuza se posó sobre el tronco del árbol, y desde las alturas abrió sus grandes ojos, escudriñando el suelo. Sus alas, cual manto de real armiño, cubrían su cuerpo en un gesto de desinterés arrogante.

De pronto, puso su vista en Orolob, y su mirada cambió por completo. La fijeza de sus enormes ojos grises parecían inmobilizar al hombre en el suelo; a ese ser, pequeño desde las alturas, cuyos pies sanguinolientos no eran muy distintos de las presas que solía cazar. De súbito, sin quererlo, a Orolob le sobrevino la angustia de estar siendo descubierto; violado en su intimidad, desnudado, por palabras olvidadas hacía tiempo, que los ojos grises vindicaban con firmeza.

El ave ladeó ligeramente la cabeza, en gesto inquisitivo. Orolob temía su siguiente movimiento; la fijeza de aquella mirada parecía recordarle las cosas no hechas, los caminos no andados... Enderezó la cabeza sin soltarle la mirada, y el humano sintió con vivacidad la acusación.

-No tengo que responderte- le dijo. La lechuza inclinó el cuerpo hacia adelante, aún sosteniendo la mirada en el hombre. A Orolob parecíale ver en aquellos ojos los reflejos de lo que había dejado atrás. Con fuerte ulular, el rapaz hizo la última parte de su acusación: Los seres que había lastimado.

Orolob comprendió que la más fría e implacable de las justicias, de la que nadie escapa -pues no hay yermo que se le interponga- es la de uno mismo. Viendo realizada su tarea, el ave se marchó con el mismo silencio con el que había llegado.