06 November 2006

OTRA PINCHE VEZ de discusiones religiosas carajo!!

Ahora sí, es el colmo.

Una maestra se atrevió a hacer su "meta personal" de mi conversión, comprometiendo, además, en el momento, a otra maestra que no estaba de acuerdo pero se encontraba ahí. (La segunda después me tuvo que llamar aparte a hacerme la aclaración.)
Me encargó el miércoles antes del puente de muertos que fuera a misa, le llevara la hojita, y leyera el Evangelio de ese domingo. (Soy más listo que eso: le pedí a mi mamá prestado el misal del mes, y chequé el dato.)
Pero me hicieron intuír que se usarían contra mí las prerrogativas de maestra en mi contra, y me chantajearon a aceptarlo como favor.
No encuentro las palabras para expresar mi indignación y mi molestia: Si alguna vez consideré regresar, me están dando razones de peso para no volver. Ponen su "verdad" por encima de todo lo (poco o mucho) que me ha enseñado la vida. El amor parece aparejar la condición de que seas cristiano, para poder merecerlo. Y ¿saben qué? No se vale, cabrones. Yo los quiero por lo que son, y mira que a varios tengo mucho que enseñarles. El amor no depende de un mayor o menor contenido de verdad, sino del desear realmente el bien de la persona. Ojo, no sólo desear el bien, sino desear el bien de la persona, es decir, partir de la situación, deseos, proyectos de vida, y conceptos del ser amado para hacer lo que esté en nuestro alcance para procurarle lo mejor, hasta donde el ser amado lo desea.
El amor no pone condiciones; no depende de credos, ni de nada más que si acaso la reciprocidad.
¿Quieren morir por "amor"? Pues apúrense, háganosla buena a los "paganos", y cuando terminen, no dejen de echarnos un ojo desde su "cielo" para ver cómo logramos seguir todas las enseñanzas de su "dios" mejor que ustedes, porque nosotros no les ponemos etiquetas.